Ecuador en las Noticias
Carlos Ochoa: a más de servil inquisidor, un ignorante supino
Tal como razona el correísmo, Ochoa es de aquellos que piensan que los límites a la libertad de expresión de los ciudadanos deben ser fijados por el Estado.
Carlos Ochoa, como Superintendente de Comunicaciones, es uno de los funcionarios con mayor rango en la estructura del Estado y con uno de los mejores sueldos de la burocracia ecuatoriana. De hecho, gana 5 510 dólares mensuales lo que significa 66 120 dólares al año. Nada mal. Sin embargo, a pesar de ser parte de la súper élite burocrática, el Superintendente de Comunicación no entiende las responsabilidades que tiene un servidor público, ni tiene idea sobre los principios universales de libertad de expresión que, se supone, debería saber tomando en cuenta que algún día fue periodista.
En efecto, de acuerdo a una declaración que dio el viernes 1 de noviembre y que fue recogida por diario El Universo, Ochoa piensa que nadie tiene el derecho de hablar mal de él, ya sea por su forma de ser o por lo que hace en su trabajo. “Los funcionarios estamos expuestos al escrutinio público, pero no a la malediciencia pública. Tenemos familia, hijos, dignidad y honor. Que yo desempeñe un cargo público no es una patente de corso para que hablen mal de mi forma de ser o trabajo”.
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