Ecuador Internacional

Correa busca más poder en la corte de derechos humanos

Estadao - Cláudia Trevisan 18/06/2015

Foto: Estadao

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El presidente de Ecuador intenta imponer a un candidato de su confianza para una de las cuatro plazas de juez de la Corte Interamericana

Después de la donación de un millón de dólares a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2014, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, intenta expandir su influencia en la institución con la candidatura de un nombre de su confianza para una de las cuatro plazas de jueces del tribunal, a quien recurrirán personas que no tengan protección contra violaciones de los derechos humanos en sus países.

De los cinco candidatos, el propuesto por Ecuador es el que enfrenta una mayor resistencia. El Presidente de la Corte Constitucional de su país, Patricio Pazmiño, tiene fuertes lazos con Correa, uno de los críticos más influyentes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), otra institución del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Muchos de los casos que llegan a la Corte comienzan en la CIDH, entre ellos el que conllevó a la creación de la Comisión de la Verdad en Brasil.

Cuatro de los siete jueces de la corte serán elegidos para períodos de seis años el martes, durante la Asamblea General de la OEA en Washington. “Estas elecciones cambiarán la identidad de la corte”, dijo el abogado brasileño Daniel Cerqueira, quien trabajó durante ocho años en la CIDH y se encuentra en la Due Process of Law Foundation desde 2014.

Según Cerqueira, la elección del ecuatoriano hará que la balanza se incline aún más a favor de los Estados, perjudicando a las víctimas de violaciones. Desde 2011, el tribunal ha cambiado su jurisprudencia sobre temas fundamentales y ha adoptado interpretaciones más restrictivas de derechos en sus decisiones. Para el abogado, la composición actual de la corte es responsable por el número más elevado de rechazos en la apertura de casos y de revocación de medidas de protección de personas en la historia de la institución.

Cerqueira citó el ejemplo del abogado venezolano Allan Brewer-Carías, demandado por el gobierno de su país por conspirar para “cambiar la Constitución”. El abogado apeló a la corte, donde sostuvo ser víctima de violación de garantías individuales - como la presunción de inocencia y el derecho de ser juzgado por tribunales imparciales.

El año pasado, la corte rechazó la solicitud con el argumento de que Brewer-Carías no había agotado todas las posibilidades de apelaciones dentro de Venezuela. La decisión fue en contra de la jurisprudencia que estaba en vigencia desde 1987, según la cual la exigencia de agotamiento de los recursos internos no se aplica cuando la acusación implica violaciones de garantías judiciales.

José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, cree que hay una estrategia de Correa para controlar la corte. Después de la donación de un millón de dólares, el ecuatoriano recibió una invitación del presidente del tribunal, Humberto Sierra Porto, para visitar la institución.

En la carta de invitación, enviada en diciembre, Sierra Poto afirmó que la visita sería una oportunidad para que conociera la trayectoria del tribunal “en la defensa y la promoción de los derechos humanos”. “Es preocupante que el presidente de la corte haga ese tipo de honor a alguien que se distinguió por los ataques al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y a las libertades individuales en su país”, dijo Vivanco.

Correa lidera una campaña contra la CIDH, que publicó informes críticos a la creciente disminución del espacio de la prensa independiente en Ecuador. Después de visitar la corte, en enero, propuso la creación de una Corte Latinoamericana de Derechos Humanos, sin la participación de los países donde se habla el inglés.

Para Santiago Cantón, ex secretario ejecutivo de la CIDH, será “un error” elegir al representante de un país que se esfuerza para debilitar al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. “Pazmiño siempre se reportó a Correa”, dijo Cantón, quien trabaja en el Robert F. Kennedy Center for Justice and Human Rights.

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original puede ser visto aquí 

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