Ecuador en las Noticias
Toachi-Pilatón: Lo que Putin y Correa no saben
Tras siete años de puesta la primera piedra, el proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón, deja ver nuevamente las costuras de ineficiencia y corrupción del régimen de Rafael Correa.
Al primer año de inaugurado el régimen de la Revolución Ciudadana (enero de 2008), el presidente Rafael Correa, puso una de las primerísimas primeras piedras de sus proyectos estratégicos. Esta vez, para el inicio de la central hidroeléctrica Toachi – Pilatón, obra adjudicada entonces a la firma brasileña Norberto Odebrecht. Toachi-Pilatón, ha sido una de las obras estelares de la constelación de generadoras hidroeléctricas, consideradas la columna vertebral para el cambio de la matriz productiva y la construcción de la publicitada soberanía energética.
Gustavo Baroja – Prefecto de Pichincha
Tras lanzar ácidos adjetivos en contra de la “partidocracia“, acusándola de ser insignia de “atraso, ignominia e infamia“, el mandatario colmó de elogios a los gestores de la obra, al ex prefecto de Pichincha, Ramiro González, y a su continuador, Gustavo Baroja, ambos asimilados del viejo partido, Izquierda Democrática.
El proyecto costeado a esa fecha en USD 336 millones, fue concebido para generar 234 MW, el cual dejaría un supuesto ahorro al país de USD 112 millones al año, a partir de 2012, la primera fecha tentativa de inauguración. En ese entonces el financiamiento fue acordado con el Bandes (Brasil) y el Feiseh (Fondo Ecuatoriano de Inversión en los Sectores Energético e Hidrocarburífero).
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