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Torturas policiales: una denuncia que llega luego de cuatro años
El 17 y 18 de septiembre del 2014, mientras se daban manifestaciones callejeras, se dio la detención masiva de cerca de 200 estudiantes del Mejía.
El 17 y 18 de septiembre del 2014, mientras se daban manifestaciones callejeras, se dio la detención masiva de cerca de 200 estudiantes del Mejía. Los detuvieron con violencia, incluso dentro de las instalaciones del colegio. A 60 de ellos los mantuvieron detenidos ilegalmente, no permitieron que los vean ni sus abogados ni sus familiares. Y según las denuncias que empiezan a ventilarse en la justicia, fueron objeto de torturas, tratos crueles y degradantes.
El 17 de septiembre de 2014, Ángelo Alexander Ayol Barros, de 17 años de edad, se encontraba en el Colegio Mejía, centro de Quito, recibiendo clases. Ese día a causa de las manifestaciones realizadas en contra del proyecto de enmiendas constitucionales y las reformas al nuevo Código Integral de Trabajo, Ayol salió a las siete de la noche de la institución educativa en compañía de dos amigos.
Después de acompañarlos hasta la calle Vargas, lugar que les dirigiría a la Ecovía para ir a sus respectivas casas, Ayol comenzó a caminar por la calle Vargas hasta La Basílica ya que, a causa de las manifestaciones los buses realizaban su recorrido por ese sector.
Él vio que sobre la calle Vargas se encontraban varios miembros de la Policía que se dirigían hacia él, por lo cual —y como toda persona lo haría en una situación como esa— se asustó y regresó por el camino que había tomado. Caminó unos pocos metros y escuchó que una moto se acercó y de repente sintió un golpe en su espalda. Cayó, y al momento de levantarse se encontraba rodeado de ocho miembros de la Policía. Después sintió otro golpe en la espalda y cayó de nuevo, y fue cuando Ángelo recibió varios golpes propiciados por los policías. Luego, un agente pasó su moto sobre el brazo y pierna izquierdas de Ángelo.
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