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La energía llegó por montañas y lodo a Paantin
El servicio de energía eléctrica no llega a todos los rincones de Morona Santiago, debido a las condiciones geográficas.
En Macuma, en una pista de aterrizaje abandonada, de tierra mojada y hierba fresca, comienza el largo camino de una veintena de hombres y mujeres con botas de caucho. Las madres avanzan con sus bebés en la espalda y las pequeñas cajas de cartón en los brazos o sobre sus hombros.
En esas pequeñas cajas llevan lo que han esperado por años: energía para sus casas, aunque solo les sirva para la noche.
Su camino es como una travesía de obstáculos: charcos de agua y lodo viscoso –que literalmente se traga las botas-. No hay otra forma de llegar a Paantin, una comunidad de la nación Shuar, en la parroquia Macuma del cantón Taisha, provincia de Morona Santiago.
Paantin está en plena selva amazónica ecuatoriana. El arribo a ella depende del paso de los caminantes por la vía de tercer orden: los shuar, acostumbrados desde siempre a recorrerla, llegan en menos de una hora, pero esta vez tienen acompañantes citadinos (de Quito) y el viaje puede tardar hasta hora y media.
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