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Inseguridad, pugna política y crisis afectaron la reactivación

28/12/2022 EFE -

El Gobierno de Guillermo Lasso, con año y medio en el poder, empezó este 2022 con elogios por su campaña de vacunación contra la covid-19.

El Gobierno de Guillermo Lasso, con año y medio en el poder, empezó este 2022 con elogios por su campaña de vacunación contra la covid-19 / Foto: EFE El Gobierno de Guillermo Lasso, con año y medio en el poder, empezó este 2022 con elogios por su campaña de vacunación contra la covid-19 / Foto: EFE El Gobierno de Guillermo Lasso, con año y medio en el poder, empezó este 2022 con elogios por su campaña de vacunación contra la covid-19 / Foto: EFE

El Gobierno de Guillermo Lasso, con año y medio en el poder, empezó este 2022 con elogios por su campaña de vacunación contra la covid-19 / Foto: EFE

La inseguridad desatada por la delincuencia y el crimen organizado, la constante pugna política entre el oficialismo y la oposición, y el rezago de una crisis que no aprovechó el tren del petróleo, marcaron un 2022 que eludió una de las tareas pendientes en Ecuador: La reactivación poscovid.

El Gobierno del conservador Guillermo Lasso, con año y medio en el poder, empezó este 2022 con elogios por su campaña de vacunación contra la covid-19 a la mayoría de la población, algo que se esperaba permitiría agilizar la reactivación económica.

Masacres en las cárceles 

La inseguridad, que ya había mostrado sus colmillos en los dos años anteriores, empezó a galopar con fuerza muy temprano en 2022, pues el 3 de abril en la cárcel de Turi (Cuenca) una nueva reyerta entre presos dejó 20 personas asesinadas.

Esa fue la primera de seis matanzas carcelarias registradas este año, que en grupo sumaron más de 100 reclusos asesinados, aunque son más de 450 muertos desde 2020.

La violencia en las cárceles hizo metástasis en las calles de ciudades como Guayaquil, Durán, Daule, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas, sometidas a estados de excepción para intentar calmar la espiral de asaltos, crímenes y extorsiones, entre otros delitos de mafias locales que, según las autoridades, tienen vinculaciones con bandas internacionales.

El auge de la violencia y del delito ha tomado tal envergadura que ya no se sostiene sólo "con la idea de que estos han crecido donde hay un vacío del Estado", opinó en declaraciones a EFE el sociólogo Napoleón Saltos.

Asimismo, dijo que el hecho de que cada vez sea más frecuente que aparezcan involucrados en delitos (sobre todo de narcotráfico) agentes policiales o militares en activo, genera la sospecha de alguna responsabilidad del Estado.

Mencionó como ejemplo el caso de María Belén Bernal, reportada como desaparecida el 11 de septiembre pasado cuando visitaba a su esposo, un agente instructor, en una escuela de la Policía en Quito.

Su cuerpo fue encontrado diez días después enterrado en una zona de matorrales cerca del mencionado recinto policial, en un caso cuyo principal sospechoso es su marido, Germán Cáceres, ahora prófugo y con paradero desconocido.

El juego político: vaivén entre el oficialismo y la oposición 

Para Saltos, a la crisis de inseguridad también se ha sumado el juego político de vaivén entre el oficialismo y la oposición, sobre todo en el ámbito de la pugna de poderes en la Asamblea Nacional.

En junio pasado y en medio de una fuerte protesta social, que duró 18 días, liderada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas, surgió la posibilidad de llamar a una "muerte cruzada", un mecanismo por el cual el presidente puede disolver el Parlamento, gobernar por decreto y llamar a elecciones anticipadas.

Ese mecanismo también faculta a la Asamblea a destituir al mandatario, con lo que asume el poder el vicepresidente y se convoca a elecciones anticipadas.

Ninguna de ellas prosperó, aunque su anuncio ha permitido mantenerla como un as bajo la manga en el debate político.

Según Saltos, 2022 podría ser considerado un "año de bloqueo" a iniciativas del Gobierno, algunas de ellas impopulares, como aparentes estrategias de privatización de empresas públicas, entrega de campos petrolíferos a privados e impulso de la minería a gran escala.

El Gobierno ecuatoriano tampoco pudo hacer despegar su proyecto hacia una gran reactivación económica que apostaba a la llegada masiva de capitales.

Para este año se prevé un crecimiento económico del 2,7 %, aunque la Cepal cree que sólo llegará al 2 %.

Una situación económica paradójica 

Para Saltos, esta realidad es al menos "paradójica", pues Ecuador, cuya economía se basa en gran medida en la venta de petróleo, debería tener una buena cartera gracias a los buenos precios del crudo en los mercados internacionales, que incluso bordearon los 100 dólares por barril.

Es paradójico porque esos buenos ingresos no han logrado, incluso, propulsar áreas de trabajo del Gobierno, apuntó el catedrático universitario al poner como ejemplo el indicador sobre desnutrición infantil, que en 2014 se hallaba en 24,2 %, pero que en 2022 ha trepado a 27,4 %.

"Tampoco han habido mejoras en educación y salud", pese a que esos fueron elementos centrales de la propuesta del Ejecutivo para el diálogo con los indígenas en el acuerdo de paz que puso fin a los 18 días de protestas, apuntó Saltos al opinar que el Gobierno de Lasso trabaja con una lógica más financiera que productiva, y más ligada al aperturismo que a lo local, aunque el Gobierno asegura trabajar por un desarrollo integral.

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