La compleja estructura del movimiento indígena en el país

La Conaie nació oficialmente como organización en 1986 como respuesta a las políticas del entonces presidente de la República, León Febres Cordero y casi siempre se ha mantenido como oposición a los Gobiernos de turno.

Foto: La Hora

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) protagonizó a inicios de este mes una de las movilizaciones más fuertes que ha registrado el país en los últimos años, lo que llevó al Gobierno a derogar el Decreto 883 que eliminaba los subsidios a la gasolina extra y a los combustibles. Fue en julio del presente año en que las organizaciones regionales de la Conaie, a través de su consejo político, decidieron convocar a una movilización nacional en contra de las medidas económicas del Gobierno. 

Delfín Tenesaca, uno de los dirigentes de la organización indígena, asegura que decisiones como esta nacen de las bases, de las comunidades y a la que deben ajustarse los dirigentes nacionales y regionales.  “El movimiento indígena tiene una hoja de ruta. El Ecuador es un Estado plurinacional por lo que nuestra hoja de ruta es luchar por lo que significa la economía alternativa de los pueblos; defender nuestras tierras y necesitamos políticas públicas que atiendan las demandas de los sectores indígenas”, manifestó Tenesaca. 

Luisa Lozano, del pueblo Saraguro, ratifica que son decisiones colectivas que se toman tras intensos debates en las comunidades y traslados luego, a través de sus representantes a los diferentes niveles y de cuyos resultados deben responder sus dirigentes nacionales. 

La Conaie nació oficialmente como organización en 1986 como respuesta a las políticas del entonces presidente de la República, León Febres Cordero y casi siempre se ha mantenido como oposición a los Gobiernos de turno. Sus principales objetivos son consolidar a los pueblos y nacionalidades indígenas del país; luchar por la defensa de tierras, territorios indígenas y los recursos naturales; fortalecer a la educación intercultural bilingüe; impulsar la autolegislación comunitaria y desarrollar el comunitarismo integral; fortalecer su identidad y sus formas de organización  social; entre otros. 

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