Las exportaciones no petroleras de El Oriente suman $ 1.037 millones hasta septiembre y crecen 124 %

Minerales, pitahaya, balsa, entre otros, han impulsado los envíos desde la Amazonía

Las exportaciones no petroleras de El Oriente suman $ 1.037 millones hasta septiembre y crecen 124 / Foto: cortesía

No dejan de crecer. Las exportaciones no petroleras provenientes de El Oriente ecuatoriano atraviesan un gran momento, apuntaladas gracias a ciertos productos y actividades que inyectan dólares al país.

Según cifras de la Federación de Exportadores del Ecuador (Fedexpor), de enero a septiembre de este año las exportaciones de las provincias amazónicas suman $ 1.037 millones en el 2021. Si se compara con el mismo período del año pasado, crecieron en $ 575 millones. Es decir, hubo un crecimiento del 124 %.

Si bien la región se ha caracterizado por las exportaciones petroleras, columna vertebral de la economía ecuatoriana, desde hace algunos años algunos productos han ido ganando protagonismo en los contenedores que envía Ecuador al mundo.

Actualmente, según cifras de Fedexpor, el 29 % de las exportaciones no petroleras corresponden a productos minerales, específicamente oro y cobre. Es decir, provenientes de la explotación minera. Los dos proyectos más importantes de ese sector se encuentran en la Amazonía: Fruta del Norte y Mirador, ambos en Zamora Chinchipe.

Le sigue flores con el 24 %, tableros de madera con el 7 %, brócoli, cacao en grano con el 3 % y otros con el 34 %.

Otros productos agrícolas de la Amazonía ecuatoriana que han ganado protagonismo en las perchas mundiales son la pitahaya, también conocida como ‘dragon fruit’. El producto es muy apetecido en destinos como Estados Unidos, la Unión Europea y Asia.

Uno de los poblados que cultiva el fruto y que se ha beneficiado del boom de la pitahaya es Palora, ubicado en la provincia de Morona Santiago.

Datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) indican que en el 2012 se registraron 250 hectáreas de la fruta y en la actualidad ya suman 755. Los sembríos requieren un suelo con buen drenaje, temperatura, luminosidad y abundante materia orgánica.

La balsa también ha atravesado un buen momento impulsado por la mayor demanda de energías renovables en el mundo, sobre todo en China. La madera es empleada para fabricar las aspas de las hélices que aprovechan la fuerza del viento para producir energía eólica.