Ecuador en las Noticias
‘Recibimos palazos, perdimos la conciencia’
Este es el relato de cinco policías que vivieron el secuestro en esa parroquia del norte de Quito
Este es un testimonio de los policías que fueron secuestrados en Calderón y del grupo fue retenido en el Ágora de la Casa de la Cultura. 202 policías sufrieron retenciones a esa nacional, inclusive durante varios días. Solo en el caso de Calderón hubo una incursión de un grupo táctico para rescatar a 54 uniformados. Ellos fueron el grupo de policías secuestrados que más agresiones y vejaciones recibieron.
Siete horas de desaparición de Calderón
Este es el relato de cinco policías que vivieron el secuestro en esa parroquia del norte de Quito:
A las 08:00 nos formamos en el cuartel de Policía de Calderón, que está junto a la Fiscalía de la parroquia. A cada policía se le asignó su puesto de servicio. Entonces recibimos la disposición del coronel Enrique Bautista, comandante del Distrito Calderón, de despejar la Panamericana Norte, a la altura de San Miguel del Común. Para las 08:00 ya estaba cerrada la vía y había aproximadamente unas 300 personas. Llegamos para conversar con la gente. Estuvimos en eso hasta las 11:00 o 12:00. Éramos 60 policías. Les pedimos que colaboren para poder abrir la vía de la manera más tranquila. Nos dijeron que no, que están en manifestaciones, que no es justo, que éramos asesinos y criminales, desde la Ministra de Gobierno. Pero al fin se quedaron tranquilos por un momento.
El problema comenzó cuando empezamos a retirarnos de ese sector. De sur a norte avanzó otro grupo de unas 800 personas que se unió al grupo que llegó en sentido norte-sur. Nos quedamos sin salida. Era mediodía. Nosotros queríamos dialogar para poder salir. Sin enfrentamientos. Sin embargo, no nos dejaron ir y comenzaron las agresiones verbales y físicas con piedras y palos. Habían infiltrados que empezaron a decirnos asesinos, ‘quemémoslos’, ‘llevémoslos a Carapungo’. Inicialmente nos quisieron llevar al parque de San Miguel del Común, pero otros manifestantes dijeron que era mejor que nos lleven al estadio de Calderón. Entonces ocurre el primer enfrentamiento por parte de ellos, porque nosotros no hicimos nada. Una piedra le llegó a una compañera policía en su frente. Ella trató de salir y no le dejaron. Decían: ‘que se muera allí’, ‘que no le den paso’. La sangre le salía como si fuera una llave de agua.
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