Se cae la intentona golpista de Correa y sus aliados

La intervención en Quito de la Junta Cívica y las auto convocatorias de ciudadanos en la Avenida Shyris muestran la reactivación ciudadana ante la orfandad de la Capital

Foto: 4 Pelagatos

No se sabe si cuajará ni cuánto tiempo tardará. Pero el conflicto en el país deriva lentamente hacia un plano político. Esta noticia constituye un quiebre tras días de incertidumbre, un vacío de autoridad (incrementado por el traslado del gobierno a Guayaquil), y hordas aterrorizando la población, asaltando fincas, irrumpiendo en instituciones y destruyendo bienes públicos.

Ayer hubo esclarecimientos, tomas de posición y anuncios que ponen el acento más en la negociación que en las acciones callejeras. Todas son esenciales si se ponen en perspectiva. El punto de inflexión podría estar en la negativa, que tardó a tomar cuerpo, de hacer carga montón para tumbar al gobierno. El país estuvo puesto, y sigue, ante la perspectiva de volver a épocas de inestabilidad política, golpes de Estado y sucesiones que negaron a la nación la posibilidad de avanzar en sus retos de modernización, producción y competitividad. Desde ayer se oyen, en forma explícita, voces políticas y ciudadanas rechazando los atentados a la institucionalidad y a la democracia. Ayer los representantes de los poderes del Estado reunidos con Lenín Moreno en Guayaquil, Guillermo Lasso, Jaime Nebot, un grupo de ex candidatos a la Alcaldía de Quito, asambleístas, ciudadanos en la calle… rechazaron las actitudes golpistas. La intervención en Quito de la Junta Cívica y las auto convocatorias de ciudadanos en la Avenida Shyris muestran la reactivación ciudadana ante la orfandad de la Capital, donde sus ciudadanos preguntan si Jorge Yunda es el alcalde.

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