Un falso perdón en Ecuador

El “perdón” concedido por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, a los tres directores del periódico “El Universo” y al editor de opinión, el periodista Emilio Palacio, fue un gesto típico del carácter discrecional de los autócratas, un acto de “benevolencia” para con el principal periódico del país.

El “perdón” concedido por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, a los tres directores del periódico “El Universo” y al editor de opinión, el periodista Emilio Palacio, fue un gesto típico del carácter discrecional de los autócratas, un acto de “benevolencia” para con el principal periódico del país.

La sentencia emitida por la Justicia, dominada por el presidente, contemplaba tres años de prisión para los cuatro y una multa de US$ 40 millones, lo que tornaría inviable a la empresa.

Correa también anunció que desistirá del proceso contra los periodistas Christian Zurita y Juan Carlos Calderón, autores del libro “El Gran Hermano”, que revela cómo el hermano del presidente, Fabricio Correa, se benefició de contratos con su gobierno.

Por lo menos la decisión sobre el “El Universo” permitirá que la empresa continúe funcionando, aunque con un peso sobre la vida personal de los acusados, que dejaron el país — uno de los directores está refugiado en la Embajada de Panamá en Quito y Palacios pidió asilo político en los Estados Unidos.

Pero el mal hecho por Correa a la libertad de expresión y al trabajo de la prensa en Ecuador no se borró con la vuelta atrás del presidente.

¿Qué periodista u órgano de comunicación en aquel país se siente tranquilo para trabajar de forma responsable en la fiscalización de las acciones del gobierno, sabiendo que Correa considera a la prensa profesional e independiente como un enemigo personal?

La sentencia impuesta a “El Universo”, y después suspendida, amenaza como una espada de Damocles, lo que podrá llevar a los medios a la autocensura, en detrimento del derecho de los ecuatorianos a la libre información. Correa, desde su  toma de posesión en el 2007, ha fustigado a la prensa ecuatoriana.

Recientemente hizo aprobar en el Congreso un proyecto de ley que limita la cobertura electoral en el país. El proyecto determina que, durante una campaña electoral, los medios de comunicación “deberán abstenerse de hacer promoción, directa o indirecta, ya sea a través de reportajes especiales o de cualquier otra forma de mensaje, que tienda a incidir a favor o en contra determinado candidato, postulado, opiniones, preferencias electorales o tesis política”. O sea, la prensa está impedida de relatar al lector las ideas y programas de los candidatos. 

El proyecto se transformó en ley el pasado día 4. El presidente de Ecuador se esmeró en transformar el anuncio de la anulación de la sentencia contra “El Universo” en un verdadero mitin político, con su transmisión en dos pantallas gigantes frente al Palacio Carondelet.

Pero su retórica contra la prensa continuó agresiva como siempre — “hay perdón, pero no olvido”, dijo — mientras atacaba a entidades como el Grupo de Diarios América (GDA), del cual O GLOBO forma parte, debido a que los asociados publicaron el artículo de Palacios criticando a Correa, lo que motivó el proceso contra “El Universo”.

La decisión de dar marcha atrás se explica también por el desgaste de Correa desde que la sentencia absurda fue anunciada, y por cálculos políticos al considerar sus planes de relegirse  en el 2013.

Es lamentable que, mientras la democracia se consolida en la mayoría de los países latinoamericanos, la libertad de prensa corre riesgos en otros como Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina.