Caso Chevron
Los demandantes continúan en su campaña de mentiras y engaños en Canadá
25/06/2012
Según Steven Donziger, el abogado principal de los demandantes, “Si uno repite una mentira mil veces, ésta se convierte en realidad”.
Donziger ahora se ha embarcado en un intento por cosechar el resultado de su mayor embuste: la @@sentencia@@ de 18 mil millones de dólares obtenida de manera fraudulenta en contra de Chevron Corporation en el Ecuador. Donziger y los demandantes se han acercado a varios estudios jurídicos de los Estados Unidos para que los representen. Sin embargo, varios de ellos se han retirado del caso o se han negado a participar en él mismo, luego de haber revisado la evidencia de fraude y de la conducta indebida de Donziger y los demandantes.
Recientemente, Donziger y los demandantes obtuvieron los servicios de la firma canadiense Lenczner Slaght para tratar de ejecutar la fraudulenta @@sentencia@@ ecuatoriana en Canadá, en donde Chevron Corporation, propiamente dicha, no mantiene actividad alguna. Dos artículos de prensa publicados recientemente atribuyeron ciertas declaraciones a Alan Lenczner, quien es parte de la amplia campaña de desinformación de los demandantes sobre el caso.
Los demandantes sostienen repetidamente que el agua en la zona cercana a las operaciones petroleras en el Ecuador está contaminada y que los habitantes de la región se han visto afectados en su salud; sin embargo, no presentan @@prueba@@ alguna, a pesar de casi 10 años de muestreo ambiental. Según artículos de prensa recientes, tales acusaciones fueron repetidas por Lenczner: “Las piscinas no estaban recubiertas”, afirma Leczner, “lo que significa que los químicos derivados del petróleo pueden filtrar hacia las aguas subterráneas.
También desbordan hacia las aguas de superficie”. “Los niños toman de esa agua; está presente en sus campos y en sus cultivos”. - Toronto Star, 5/31/12 “Existen tasas excesivamente elevadas de cáncer y otras malformaciones puesto que han estado tomando esa agua; han estado nadando y lavando su ropa en los ríos que están contaminados con petróleo; toman de esa agua.
Por lo tanto sufren de toda dolencia imaginable, especialmente de tasas de cáncer altas”. - Epoch Times, 6/6/12 Ninguno de estos reclamos sobre la contaminación del agua por petróleo o de los impactos en la salud es verdadero. Los reclamos sobre contaminación masiva del agua potable, o de las aguas subterráneas proveniente de las piscinas sin revestimiento han sido desmentidos hace mucho.
Chevron tomó muestras alrededor del perímetro de las piscinas que se encuentran en los campos petroleros; también tomó muestras de cada fuente de agua a la que se puede acceder en el área alrededor de dichos sitios petroleros.
El Dr. William Bellamy, miembro de la Junta de Asesores Científicos para Agua Potable de la EPA evaluaron los resultados del muestreo a pedido de Chevron.
Se presentaron 7.000 resultados analíticos para más de 250 muestras de agua potable y se determinó que “no ha existido y es muy poco probable que en el futuro exista contaminación de las fuentes de agua potable como resultado de las actividades de Texaco Petroleum (TexPet) en la antigua área de concesión”.
El Dr. Charles Newell, un destacado científico experto en aguas subterráneas y autor del texto Contaminación de Aguas Subterráneas: Transporte y Remediación, examinó las muestras a pedido de Chevron y concluyó que “no existe evidencia de contaminación de las aguas subterráneas causada por las operaciones de TexPet en la antigua área de concesión”.
Los propios científicos y consultores de los demandantes coinciden. David Russell, el consultor que lideró su equipo científico en el 2006 dijo a los abogados de los demandantes: “Hasta la presente no he visto ninguna documentación que indique que habría ninguna contaminación significante superficial o de aguas subterráneas causadas por petróleo ecuatoriano.”
Apenas el año pasado, Ann Maest, una científica que actuó como @@perito@@ de los demandantes, declaró bajo juramento que no tenía información científica alguna “Que indique que los pozos de agua de consumo hayan sido impactados en forma alguna por las operaciones de Texpet” La respuesta de Donziger, al ser informado por los peritos de los demandantes de que no existía evidencia para apoyar los reclamos sobre contaminación que hubiese migrado hacia las aguas subterráneas, fue instruir a los peritos para que solamente “extrapolaran” los resultados del muestreo realizado en las piscinas de los campos petroleros con aquellos realizados en otras áreas, puesto que “Mucho humo y espejos y mierda para el tribunal”. El reclamo sobre la existencia de “tasas de cáncer excesivamente altas” en el área que rodea las operaciones petroleras también ha sido exhaustivamente examinado y desmentido.
El Dr. Thomas McHugh, un @@perito@@ en valoración de riesgos en salud, evaluó a pedido de Chevron más de 2.200 muestras ambientales tomadas durante el litigio, aplicando las metodologías y estándares de valoración de riesgo de la USEPA y no encontró niveles de riesgo derivados de la presencia de hidrocarburos u otros metales en agua, suelo o sedimentos a los que los residentes podrían haber estado expuestos.
En otras palabras, no existe evidencia de que los residentes en el área pudieran entrar en contacto con químicos relacionados con petróleo que pudieran ponerlos en riesgo. Los doctores Michael Kelsh y Libby Morimoto, peritos de Chevron, también evaluaron los datos estadísticos oficiales sobre mortalidad por cáncer en un estudio examinado por científicos de renombre publicado en el 2008 en los International Archives of Occupational and Environmental Health (Archivos internacionales de salud ocupacional y ambiental) y determinaron que no existía un incremento en las tasas de cáncer en la región y de manera más general, que no existía evidencia que pudiera establecer una causalidad entre el lugar de residencia en sitios cercanos a operaciones petroleras y el cáncer. La abrumadora evidencia científica incluida en los expedientes del caso en el Ecuador demuestra que los reclamos sobre contaminación del agua potable y sobre elevadas tasas de cáncer, son falsas y que los abogados estadounidenses y ecuatorianos que representan a los demandantes saben que es así.
De hecho, es precisamente porque la evidencia resultante del proceso de muestreo contradice sus demandas, que los abogados de los demandantes han optado por el fraude y han presionado a los peritos científicos para que “encuentren contaminación” en donde no existe ninguna, a través de la presentación de informes periciales fraudulentos a la corte ecuatoriana, así como de la redacción clandestina del @@informe pericial@@ supuestamente “neutral” e “independiente” y finalmente con la redacción de la misma sentencia.
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