Caso Chevron

Chevron denuncia otro fraude más de los ecuatorianos

Fortune - Roger Parloff 26/11/2013

En el último día de testimonios en el juicio por asociación ilícita iniciado por Chevron contra los abogados ambientalistas que obtuvieron una @@sentencia@@ de $9.500 millones de dólares contra la compañía en Lago Agrio, Ecuador, en 2011 – un proceso que ya había presentado acusaciones de soborno, extorsión y fraude-, la gigante petrolera presentó pruebas alarmantes sobre una última bomba. La empresa acusó de perjurio a un testigo de la defensa en el juicio y sugirió un posible encubrimiento diseñado por funcionarios de la República de Ecuador.

El testimonio tuvo lugar en la corte federal de Manhattan, donde Chevron (CVX) ha demandado al abogado neoyorquino Steven Donziger y los líderes del Frente de Defensa de la Amazonía, con sede en Quito, bajo la ley Federal estadounidense contra la asociación ilícita para delinquir (RICO, según sus siglas en inglés). Estos acusados bajo la ley RICO fueron los líderes del litigio subyacente de Lago Agrio contra Chevron, que buscaba compensaciones por la supuesta contaminación dejada por Texaco cuando realizó perforaciones en busca de petróleo en Ecuador desde 1964 a 1990. Texaco fue adquirida por Chevron en 2001.

La ráfaga final de acusaciones en el juicio RICO está vinculada con las denuncias más sensacionales en el caso: el reclamo de Chevron de que la gigantesca @@sentencia@@ de Lago Agrio -- $18.000 millones de dólares originalmente, pero reducida a $9.500 millones dos semanas atrás por la Corte Nacional de Justicia de Ecuador – no fue en realidad redactada por el juez ecuatoriano que presuntamente la emitió, Nicolás Zambrano Lozada, sino por los mismos abogados de los demandantes.

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Chevron sostiene que Zambrano permitió a los abogados escribir su propia @@sentencia@@ a cambio de la promesa de pago de $500.000 producto de la eventual indemnización. Más temprano en el juicio de cinco semanas, Chevron presentó el testimonio de un ex juez ecuatoriano, Alberto Guerra Bastidas, quien aseguró que actuó como el intermediario en este soborno. Pero el mismo Zambrano declaró después para los acusados rechazando cualquier soborno e insistiendo que había redactado por si mismo cada palabra del fallo. 

El mes pasado, en lo que fue una movida sorpresiva, los líderes del Frente de Defensa de la Amazonía anunciaron con bombos y platillos que una investigación forense de las computadoras de Zambrano encargada por fiscales ecuatorianos habían concluido que Zambrano estaba diciendo la verdad. (El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha sido un abierto defensor de la @@sentencia@@ de Lago Agrio y ha calificado a los ecuatorianos que ayudan a Chevron como “traidores” y “criminales”).

El informe forense había sido redactado después de que Pablo Fajardo, el abogado ecuatoriano principal del Frente, presentó una denuncia criminal contra el ex juez Guerra, testigo clave de Chevron en el juicio RICO, acusándolo de perjurio y de un delito parecido al de sedición denominado “promoción del separatismo”. El informe forense del fiscal ecuatoriano, finalizado el mes pasado, concluyó que un archivo digital que contiene casi todo el texto de la @@sentencia@@ había sido, de hecho, creado en una de las dos computadoras de la oficina de Zambrano en octubre de 2010 – aproximadamente cuando Zambrano afirmó que comenzó a escribirlo—y que ningún dispositivo de memoria flash había sido conectado a esa computadora antes de 2012 (lo que parece descartar la posibilidad de que otros podrían haber redactado la @@sentencia@@ y luego copiada a la computadora de Zambrano).

Casi al mismo tiempo, los abogados de Donziger obtuvieron una @@declaración jurada@@ de tres páginas del autor del informe forense, Milton Efraín Jaque Tarco, de la Policía Judicial en Quito. En su declaración, Tarco mencionó sus conclusiones clave, aunque no adjuntó el informe. Con esa declaración, los abogados de Donziger convencieron rápidamente al juez federal Lewis Kaplan, a cargo del caso RICO de Chevron, para permitirles modificar su lista de testigos para incluir a Tarco, y comenzaron con las preparaciones logísticas para traer a Tarco a Nueva York para declarar.

Sin embargo, las complicaciones surgieron cuando Zambrano testificó el 5 de noviembre. Zambrano declaró confiada y repetidamente que la @@sentencia@@ de Lago Agrio había sido escrita completa y únicamente en la más nueva de sus dos computadoras de escritorio en la oficina, un hecho sobre el que dijo estar seguro “debido a que era la computadora más moderna”, y también porque su computadora más vieja había sido sacada de su oficina para mantenimiento durante el tiempo en el que estaba preparando su dictamen.

El punto fue que Tarco había encontrado el archivo que contenía la @@sentencia@@ en la vieja computadora de Zambrano, no en la nueva, aunque no lo haya puesto de esa manera. La @@declaración@@ de Tarco había simplemente identificado los números de serie de las dos computadoras en el despacho de Zambrano y luego identificado, otra vez por el número de serie, la que tenía la sentencia. Usando esos números de serie, Chevron pudo rastrear el historial de las dos computadoras en cuestión sobre la base de los registros tanto de Hewlett Packard (HPQ), la fabricante de ambas máquinas, y del Consejo Judicial Ecuatoriano, que las compró y luego asignó ambas a Zambrano. La computadora en la que Tarco dijo que encontró el archivo conteniendo la @@sentencia@@ era sin lugar a duda la vieja, fabricada en 2006, y no la nueva, elaborada en 2010.

El 11 de noviembre de 2013, los abogados de Donziger notificaron a Chevron que habían decidido no llamar a Tarco a declarar después de todo. Pero ya a esa altura, Chevron olfateaba sangre. Debido a que el abogado de Guerra tenía derecho bajo la ley ecuatoriana de examinar el informe forense completo que Tarco había preparado para usar en contra de su cliente, arregló para hacerlo acompañado por un experto de la consultora de investigación forense digital de Chevron, Stroz Friedberg. Ese análisis de seis horas tuvo lugar el pasado lunes. Pese a que los funcionarios ecuatorianos no permitieron al abogado de Guerra ni al representante de Stroz Friedberg copiar el informe de 40 páginas o sus cientos de páginas de anexos, sí permitieron que cerca de 24 páginas del informe y resúmenes de varios anexos sean escaneados y fotografiados.

Basados en esa evidencia adicional, el experto Spencer Lynch de Stroz Friedberg llegó a opiniones más perjudiciales todavía. Existen dos formas de metadatos que contienen evidencia vinculada a cuando un archivo fue creado, explicó en un informe suplementario presentado a la corte ayer, y en el caso del archivo que contiene la sentencia, esos metadatos se contradicen. La denominada "fecha de creación del archivo" fue, de hecho, 11 de octubre de 2010 como Tarco había informado, pero la "fecha de creación incorporada" era 21 de enero de 2011 – tres meses después y sólo tres semanas antes de que la @@sentencia@@ de $18.000 millones de Lago Agrio, de 188 páginas y a un espacio, fuera emitida.  Tal @@contradicción@@ en los tiempos de creación era “extraña” y una “anomalía”, según Lynch, y “consistente” con que el archivo “fue creado en una tercera computadora, y luego copiado en la vieja computadora después de que el reloj de la computadora fuera retrasado al 11 de octubre de 2010”, escribió. (Por otras razones, Lynch opinó, los dispositivos de memoria flash podrían haber sido conectados a la computadora a pesar de la conclusión de Tarco en sentido contrario).

Al final, Lynch concluyó que el informe de Tarco "contiene errores cruciales y podría incluso ser producto de una @@falsificación@@ o manipulación”.

Después de escuchar los argumentos de los abogados ayer por la tarde, el juez Kaplan excluyó porciones del testimonio previsto de Lynch, citando que no estaba dispuesto a permitir que Lynch critique un informe de 400 páginas que Lynch nunca había estudiado en su totalidad. No obstante, permitió que Lynch declarara sobre el hecho de que el archivo que contiene la @@sentencia@@ fuera hallada en la “computadora vieja”, en aparente @@contradicción@@ con el testimonio de Zambrano, ya que Lynch se estaba basando en esa instancia sólo en los registros certificados de Hewlett Packard y la Conferencia Judicial Ecuatoriana, y lo que contenía la breve @@declaración@@ de Tarco que los mismos acusados habían presentado en corte.

El abogado de Donziger, Rainey Booth, del bufete Littlepage Booth de Houston, manejó la examinación cruzada de Lynch intentando limitar los daños. Booth sugirió que habría sido simplemente alguna confusión de buena fe de Zambrano sobre cuál computadora usó para componer el fallo. También Booth sugirió que quizás Zambrano había redactado la @@sentencia@@ en una tercera computadora de cuya existencia Zambrano podría haber olvidado e igualmente pasada por alto por Tarco durante su investigación.

Los argumentos finales en el caso tendrán lugar hoy, después de los cuales las partes tendrán la oportunidad de presentar alegatos escritos posteriores al juicio, por lo que no se espera un fallo hasta principios del próximo año.

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí